Las viviendas de Egüés, finalizadas en Enero de 2008, se han diseñado como un solo cuerpo unitario, una unidad. Este carácter unitario se ha logrado mediante volúmenes claros y concisos y mediante el uso de ladrillo caravista en los paños de cerramiento. Esta idea se refuerza al compartir toda la unidad un garaje común que constituye un elemento integrador y sirve de “substrato” o base para la edificación de las viviendas, que en el resto de su constitución no pierden en ningún momento su carácter unifamiliar. Asimismo, el empleo del ladrillo caravista y del monocapa, que identifican las edificaciones que se están desarrollando en este sector, ha sido clave.

Las viviendas se van adaptando al terreno por agrupaciones, lo que produce la aparición, en la zona cubierta de entrada de las mismas, de un escalonamiento paulatino.

La unidad de la pieza es estética y estructural, permitiendo las mejoras térmicas y constructivas de la construcción en bloque sin afectar al concepto funcional y conceptual propio de las viviendas unifamiliares.

La vivienda se abre con grandes huecos al jardín, controlando la dimensión de los huecos al vial, para preservar la intimidad del usuario; en planta baja el estar se conecta visualmente y con salida directa el jardín con la terraza. En ambas plantas se da un valor añadido al espacio de distribuidor dotando a las escaleras de un acabado de madera.

Los retranqueos de terrazas y porche de entrada crean un juego de llenos y vacíos que se alternan en planta baja y planta primera van horadando el prisma general.

La chimenea se entiende como un hito desde la fachada de entrada, y se desarrolla en perpendicular a la misma como una gran pantalla de ladrillo. Este gesto refuerza el carácter individual de cada vivienda dentro del conjunto unitario.

En planta baja se sitúa la zona de día de la vivienda, la cocina, junto al acceso, con dos elementos de apoyo, un aseo, y un tendedero y el salón-comedor con vistas al jardín, así como una habitación de invitados. La habitación de invitados disfruta de mayor privacidad al retranquearse de la fachada formando una terraza previa al jardín.

La zona de noche de las viviendas se sitúa en la planta primera. Esta alberga tres habitaciones, la principal con baño, y otro de acceso desde el distribuidor. Dos de las habitaciones disfrutan de terrazas (una en cada orientación) protegidas por la propia edificación.

La entrecubierta, delimitada por una cubierta inclinada a un agua, disfruta de una amplia terraza hacia el jardín.