El proyecto de estas viviendas pretende superar los diseños estándar de viviendas protegidas, sumando una serie de intenciones que respetando en todo momento la normativa aplicable, incrementan la calidad del diseño, acercándose al concepto de "máquina para vivir". En este sentido, la imagen del edificio, con sus fachadas neutras perforadas puntualmente evocan imágenes de una arquitectura concebida como objeto habitable.

El principal problema que debe resolverse es el de los saltos producidos en el volumen como consecuencia de la topografía del entorno. Se ha rehuido en todo momento partir los volúmenes como consecuencia de dichos desniveles debido a que la escasa altura de las piezas haría que la escala de las mismas fuera excesivamente reducida y de débil apariencia frente a su entorno. En este sentido se conciben los edificios como volúmenes tratados con mortero monocapa que siguen los desniveles del terreno y limitados en sus lados largos por planos de ladrillo que se emplean como superficies flexibles, manipuladas y como elemento fuertemente diferenciado del volumen que contienen de manera que sean las que resuelven compositivamente las irregularidades de los alzados.