Afirmar que la belleza de lo nuevo y de lo transitorio tiene que vincularse con la belleza sólida y eterna del pasado de la ciudad no es suficiente para explicar la importancia adquirida por la relación con la historia, que se ha convertido en uno de los elementos claves de la identidad de la ciudad contemporánea.

La ciudad de Madrid no es ajena a esta dinámica, la relación con su propio pasado implica su identidad.

La zona que comprende la actuación, el área del Mercado Barceló, su entorno, la de Santa Bárbara y Alonso Martínez, lleva incorporada una carga de complejidad sígnica que debe ser contemplada a la hora de encarar su intervención.

La presencia de edificios, constituidos como hitos históricos, aporta a la zona carácter, fuerza significativa y un grado de diferenciación con respecto a los sectores que la rodean.

La labor de reestructuración de los sectores de Barceló y Santa Bárbara debe atender a la memoria colectiva inherente al sitio, a las actividades que en él se desarrollan y a las cualidades sostenibles a las que es imprescindible atender como estrategia de planeamiento de la ciudad contemporánea.

Mediante la actuación se aspira a vincular los sectores correspondientes al ámbito de actuación y sus edificios singulares, teniendo en cuenta las características y funciones particulares de cada edificio y subsector.

Por este motivo se ha trabajado el concepto de diseño como una respuesta sistémica, unitaria e integral que conforme un todo, entre dotaciones edilicias, viarios, senderos, espacios estanciales con sus respectivos usos particulares y sus diferentes grados de significación.

Con este objetivo se ha creado una gran dotación que albergue todas las funciones del programa, el nuevo mercado, el polideportivo, la escuela infantil y el edificio de viviendas. A la vez se busca incorporar un recorrido que conecte todos los sectores del ámbito, a través de un trazado simple y claro, Incorporando en este recorrido eventos tradicionales urbanos a la vez que procesos naturales y tecnológicos que puedan ser interpretados como valores y simultáneamente erigirse en elementos determinantes de la forma urbana.

Lineamientos generales de la intervención

Como punto de partida para el desarrollo de la intervención global en el ámbito se ha buscado generar un recorrido de eventos y acontecimientos que incluya tanto espacios urbanos como edificios, otorgando a cada elemento integrado al conjunto entidad propia y unidad a la vez. Se plantea una superposición de espacios dinámicos y espacios estancos que interactúan con el programa funcional edilicio. La intención es generar, por un lado, una senda diferenciada de tránsito rodado, atendiendo a las necesidades propias de la zona, incluidos los aparcamientos en superficie y por otro un sendero peatonal que vaya enhebrando los diferentes espacios públicos y dotacionales existentes y proyectados para el ámbito.

Con este objetivo se ha respondido a los requerimientos del programa de forma unitaria e integral, trabajando la conexión de los diferentes espacios a partir de los planos horizontales, generando, a partir del diseño de los nuevos edificios, nuevos espacios para el desarrollo de actividades ciudadanas. De esta manera Los Jardines del Arquitecto Ribera, y a través de ellos el actual Museo Municipal, se relacionan con el Nuevo Mercado Barceló a partir de una sucesión de espacios públicos, como la nueva calle generada como pasaje a través del Colegio Isabel la Católica, la nueva Plaza del Mercado abierta hacia la calle Mejía Lequerica, los senderos peatonales que conducen a al espacio verde más característico de la zona, como es la zona de Santa Bárbara y finalmente el nuevo espacio urbano generado en torno a la Glorieta de Alonso Martínez. Paralelamente se ha optado por integrar y nuclear todas las dotaciones del programa en un único edificio polifuncional, liberando de este modo la parcela correspondiente

Al pasaje entre las calles Beneficencia y San Mateo y generando un nuevo espacio verde estancial de uso urbano, otorgando aire al frente del Instituto San Mateo. A través de la peatonalización de estas dos calles se integra al recorrido planteado este espacio revitalizado. Se entiende al edificio polifuncional como pieza clave de la intervención y por esta razón se lo ha interpretado como una gran dotación que alberga todas las actividades bajo una cubierta totalizadora, que a la vez integra el edificio del Colegio y Los Jardines del Arquitecto Ribera, ya que ambos deberán formar parte de las diversas actividades que se desarrollen en torno a los sucesivos espacios. Este otro plano horizontal que integra y envuelve todas las actividades será una estructura que albergue una piel multifuncional, que incorporará diferentes dispositivos funcionales, tecnológicos y naturales. La incorporación de este manto translúcido coloreado permite reinterpretar el propio edificio y los nuevos espacios urbanos que se generan en su entorno. Será una piel interactiva que no sólo dará cobijo a las actividades que bajo ella se desarrollen sino que también incorporará diversos elementos que determinen y promuevan estas actividades, como proyecciones y anuncios, como también módulos para la moderación del clima, como rociadores o dispositivos de protección solar y para el aprovechamiento energético, como paneles solares. Esta estructura que unificará todas las funciones del programa y se extenderá a través de toda la intervención, inclusive en los planos del suelo, podrá ser observada y vivenciada en diversos planos de uso, funcionando como una interfaz interior­exterior en diversos niveles y facilitando la interacción con el entorno y con las funciones intrínsecas del edificio.

El edificio polifuncional

Al afrontar el desarrollo programático funcional se han tenido en cuenta todos los condicionantes intrínsecos a la complejidad del ámbito. Por otro lado, consumo, movilidad social y sueño se convierten, alimentándose unos a otros, en factores decisivos de la producción de la ciudad contemporánea. Por esta razón la temática del programa a realizar debe atender a todas estos matices y se ha optado por brindar a la intervención de un único edificio polifuncional de partes fuertemente interrelacionadas, integrando las funciones de los espacios y edificios que conviven en el sector como el Colegio Isabel la Católica y los Jardines del Arquitecto Ribera. No obstante la unidad del planteamiento se ha cuidado la independencia de las parcelas desde el punto de vista registral. En la parcela de viviendas se reservarán las plantas baja y primera para usos terciarios compatibles e integrados pero independientes a otros usos, como el comercial y el deportivo. Los aparcamientos seguirán esta misma lógica, funcionando independientemente pero interrelacionados.

El Mercado

Este edificio es el que tiene más peso dentro del conjunto, pero justamente por esta razón es que se ha intentado dotar de un elemento de mayor peso visual y espacial que integre y democratice todos los usos que conviven en este sector. Organizado en varias plantas, es en la baja donde adquiere su relación más ciudadana, conviviendo con los otros usos, respirando a través de las plazas y calles, existentes o de nueva creación, que lo circundan. En la planta baja se producen las áreas de acceso y distribución, aunque es en la primera donde, a través de un puente que cruza por la nueva calle peatonal interior, alcanza su mayor magnitud espacial; continuando sucesivamente hacia las plantas superiores de esta forma para consolidarse como un gran edificio terciario­comercial, dinamizador de la actividad del entorno. En la planta de subsuelo se colocarán las zonas de carga y descarga dimensionadas para camiones, así como los consiguientes almacenes, y de esta forma se consigue que estos usos de servicio interfieran lo menos posible con las actividades del entorno.

El Polideportivo

El polideportivo se organiza en el centro de la nueva actuación. Con su acceso principal desde la cara sur adyacente a la calle Beneficencia, pero sin descartar la relación directa con la calle peatonal central, vertebradora de las nuevas y diversas actividades. Su posición estratégica permite su uso de forma independiente al resto del conjunto, sin interferir con las diversas actividades, pero a la vez da lugar a su uso por parte de los colegios e institutos por tener una relación prácticamente directa garantizada. En las plantas baja y primera se colocan unas área comercial y terciarias (pertenecientes a la parcela de viviendas), con relación directa a los usos polideportivos, pero aportando la gran ventaja de que puedan ser gestionados de forma privada. Usos tales como tiendas deportivas, gimnasio, spa,... de gran relación con las actividades del polideportivo, pero que puedan tener distintos instrumentos de gestión, diferentes horarios y niveles de control de acceso. El resto de la planta baja se destina a las áreas de piscina y vestuarios, cuyas instalaciones y usos anexos se colocan en una planta de sótano. En la planta primera, encima de las piscinas, se incluye la pista polideportiva y sus servicios anexos (almacenes y vestuarios) Por encima del edificio y ya en el exterior, en contacto con la estructura integradora, se ubica otra pista polideportiva semicubierta, que vive de ese gran espacio común generado bajo la cubierta unificadora del conjunto.

El edificio residencial

El edificio residencial será un bloque lineal paralelo a la calle Beneficencia, reservándose como ya se ha dicho las plantas baja y primera para usos terciarios­comerciales que permitan interrelacionar las diversas actividades que confluyen en estas plantas al conectar los diferentes edificios. Las siete plantas superiores se reservan para usos exclusivamente residenciales, organizando la totalidad de las viviendas orientadas a sur, garantizando así su mejor orientación en materia bioclimática e incorporando elementos de control tales como terrazas y lamas. El acceso al edificio en planta baja se organiza desde la cara sur, mediante una solución de porche porticado en donde se interrelacionan los demás usos, garantizando un foco de actividad permanente. El acceso a las viviendas en las plantas superiores se realiza mediante una galería ubicada en la cara norte de este bloque que, además de contener los elementos de circulación vertical y horizontal servirá como elemento de control climático por tratarse de la cara norte del edificio, así como de colchón entre los usos públicos adyacentes y la actividad residencial, para garantizar la independencia y no interferencia de usos. El garaje de este edificio se resolverá en las plantas de sótano, garantizando el cumplimiento de la dotación mínima de plazas de aparcamiento, extendiendo los límites de ocupación de estos usos bajo la nueva plaza adyacente a la calle Mejía Lequerica.

La escuela infantil

Se plantea el edificio de la Escuela Infantil como una pieza más del conjunto edificado. De esta manera, se libera una parcela que puede adquirir el uso que se crea más adecuado en función del plan de viabilidad del conjunto. El edificio se organiza como un bloque lineal con el acceso ubicado de forma perpendicular a la calle Beneficencia. Cuenta con cuatro alturas y se organiza en torno a una gran rampa que va dando acceso a los diferentes niveles. Este elemento se ha considerado de suma importancia por tratarse de un edificio para niños que están aprendiendo a caminar y a relacionarse con su entorno más próximo, evitando así el uso obligado de escaleras y ascensores, elementos que se reservarán para uso prácticamente exclusivo de las áreas administrativas. Así, en la planta baja se colocan todos los espacios de servicios, tales como recepción, cocina, vestuarios, SUM, etc. En la Planta primera se organiza parte de los usos administrativos, la doble altura del SUM y las aulas de niños de 0 a 1. En la planta segunda y tercera se organiza el resto de aulas y usos administrativos, a la vez que se colocan los espacios que darán acceso a la planta cuarta, la cual es simplemente una terraza bajo la gran cubierta que servirá de patio de juegos, disfrutando de este gran espacio de integración, por el que se filtrará la luz, pero no el agua, y de esta manera se garantiza la posibilidad de su utilización bajo cualquier condición climática.

El Mercado Temporal

Los principios de organización de la actuación en torno al mercado Barceló, atienden a la huella del Antiguo Hospicio, la circulación peatonal que conecta los Jardines del Arquitecto Ribera con la plaza del mercado define la impronta del mercado efímero y la posterior organización permanente de la plaza. Se plantea un mercado temporal que permita a la vez que dar respuesta funcional a las actividades comerciales y recuperar la traza original del edificio que actualmente ocupa el Museo Municipal. Por este motivo las dos piezas clave del mercado temporal se mantendrán para atender a diferentes actividades que puedan tener lugar en los Jardines del Arquitecto Ribera con posterioridad a la construcción del Nuevo Mercado Barceló en el mismo solar que ocupa en la actualidad. Estas piezas se conjugan para generar diferentes sub­espacios dentro de la plaza, de escala controlada y aptos para la convivencia de las funciones comerciales con las actividades habituales de la plaza. La construcción de los puestos temporales se basará en sistemas de pequeñas estructuras auxiliares efímeras de sencilla resolución constructiva para su montaje y desmontaje.

Intervención en el Sector de Santa Bárbara y Alonso Martínez

El principio generador para la intervención específica en el Sector de Santa Bárbara y la Glorieta de Alonso Martínez se basa en la conciliación de la escala peatonal con las necesidades habituales del espacio rodado. Se ha optado por crear un lugar caracterizado por la lectura en secuencia del espacio urbano, produciendo diversas zonas de estancia interconectadas por un recorrido peatonal fundamental que unifica el sector con otras zonas del ámbito. Para el diseño de estos espacios urbanos, integrados al recorrido general, se ha buscado en todo momento incorporar los nuevos valores de sostenibilidad como son el paisajismo, el ahorro y la eficiencia energética, las nuevas fuentes de energías renovables, y el reciclaje sumándose a los criterios convencionales considerados en una actuación. Por este motivo se ha cuidado especialmente el mantenimiento y puesta en valor de los espacios verdes presentes en el ámbito y los ejemplares existentes. Con el objetivo de apoyar la comprensión y reconocimiento de los trazados, y su relación con la senda que enhebra toda la actuación, se emplean dispositivos lumínicos, sonoros, ambientales y táctiles, que se van presentando con diferentes intensidades a lo largo de los diversos recorridos. La configuración de la circulación, vehicular y peatonal, y su relación con las zonas estanciales atiende a las actividades originales que tienen lugar en la zona potenciando su incremento. El apoyo a las relaciones sociales a través de la generación de espacios estancos intercalados entre los senderos posibilita la creación de nuevos nodos y puntos de interés.