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Dirección: Departamento de Obras Públicas, Transporte y Comunicaciones del Gobierno de Navarra. Equipo redactor: ah asociados, Urgein, Urbanismo, gestión e ingeniería. S.L., VS, Ingeniería y urbanismo. S.L., José Iruretagoyena Aldaz y Mª Jesús Labiano Nuin, Abogados-Urbanistas. Dirección de proyecto: Miguel Alonso del Val, Rufino Hernández Minguillón. Redacción de proyecto: Ruth Marín, Andrés Pérez, Esperanza Marrodán, Juan Luis Oroz, Laura García, Patricia Biain. Ingeniería y urbanismo: Joaquín Salanueva Etayo, Luis Salanueva González. Abogado: José Iruretagoyena Aldaz.
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En los últimos años, en la mayor parte de las ciudades europeas, las nuevas Estaciones asociadas a la Alta Velocidad se proyectan en lugares estratégicos en los que prima la posibilidad de una relación intermodal con los otros medios de transporte. Al mismo tiempo, este proceso de creación y desarrollo de nuevos entornos ferroviarios lleva asociado el desmantelamiento de muchos kilómetros del actual trazado del tren, y el abandono de las antiguas estaciones –edificios que con los años han pasado a ocupar posiciones centrales en la ciudad–.
Desde los dos aspectos, el fenómeno del TAV presenta una oportunidad para la ciudad: por una parte, el ámbito donde se inscribe la nueva Estación tiene capacidad de convertirse en centro dinamizador del entorno en el que se asienta, y por otra, la ciudad tiene la ocasión de recuperar unos espacios que hasta ahora han permanecido infranqueables, y descubrir y reutilizar para otros usos todos los antiguos edificios vinculados al tren y a su industria, incorporándolos así a la memoria urbana.
En este sentido, el presente PSIS se desarrolla en dos entornos diferenciados, con características particulares concretas de manera que, aunque juntos constituyen un único ámbito de actuación urbanística, proyectualmente pueden abordarse de forma independiente.
En el Ámbito I–el área de la Nueva Estación–, el plan desarrolla una operación urbanística de envergadura, que consolida e integra en la ciudad unos terrenos actualmente periféricos y de marcado carácter industrial.
Desde un planteamiento de integración ciudad-paisaje en el que priman cuestiones medioambientales, la idea básica que subyace en el proyecto es el reconocimiento de las preexistencias que han conformado la historia de este entorno. Así, la propuesta se va apoyando en la recuperación como parque urbano de la ribera del río Elorz y en edificios existentes –el silo de la antigua harinera, el convento de las Carmelitas, la iglesia de Echavacoiz, y algunos de los edificios de la fábrica Inquinasa, cuyas instalaciones son aprovechadas en la propuesta para alojar una central de barrio–, que junto a nuevos equipamientos van a ir conformando los principales espacios y recorridos. Gracias a su presencia, la memoria del lugar se incorpora al paisaje urbano y enriquece indudablemente la trama ordenadora establecida.
Esta trama se articula en torno a dos ejes principales –la Avenida de Aróstegui y el trazado del TAV–, en cuya intersección se localiza la futura Estación. Al Norte de la Avenida la ordenación es más racional, mientras que al Sur se altera o se combina dando lugar a parcelas menos canónicas. También los usos varían, ya que mientras en el ámbito Norte el uso es fundamentalmente residencial, en el ámbito Sur la residencia se mezcla con un área destinada a la Biotecnología, un sector de futuro para Navarra.
En el Ámbito II–el área de la Antigua Estación–, la propuesta se plantea desde unos objetivos totalmente diferentes. El objetivo del proyecto es la superación de la barrera física que hasta este momento ha constituido el actual trazado ferroviario, de manera que pueda soldarse la fractura existente entre los barrios del entorno, barrios planteados como unidades aisladas en sí mismas, ajenas a la posibilidad de que un día el trazado del tren pudiera desaparecer.
Al mismo tiempo, y al igual que sucede en el Ámbito I, la propuesta nace con la voluntad de no hacer tabula rasa, y trata de encontrar en las trazas del orden industrial existente –en este caso el ferroviario–, las bases que ayuden a dar significado al entorno. Sin embargo, ahora no son los edificios los que se conservan, sino la idea de linealidad –y de consecuente continuidad–, que nos da el antiguo trazado.
Con este doble objetivo de linealidad longitudinal y relación transversal entre barrios, se plantea una intervención que huye de trazados convencionales, y trata de conectar los asentamientos del entorno con parámetros más paisajísticos. Así, la propuesta plantea un gran parque lineal en torno a un eje ciclista y peatonal que sigue el trazado del ferrocarril. A lo largo de él se van disponiendo las viviendas, cuya agrupación tipológica consta de varias torres de diferentes alturas para crear lugares de encuentro.
la Comunidad Foral de Navarra se ha planteado el reto de integrarse en las redes de comunicación españolas y europeas del siglo XXI. Desde este punto de vista, la llegada del Tren de Alta Velocidad a la región se convierte en un agente fundamental dentro de la evolución de Pamplona, capital y centro dinamizador de la economía navarra.
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