El edificio proyectado es el resultado de aplicar unos objetivos residenciales muy definidos sobre una volumetría determinada por un planeamiento (Plan Parcial de Rochapea) que contiene una filosofía urbana en la que prima la definición morfológica sobre la tipológica y en la cual las posibilidades de experimentación se reducen notablemente.

No obstante, el diseño se plantea desde la voluntad de conseguir la máxima apertura y ventilación de un volumen prismático de más de 30 m. de anchura que obliga necesariamente a la aparición de patios interiores dadas las restricciones volumétricas del planeamiento.

Asimismo ello implica una doble orientación condicionada a Norte y Sur, excepto en el testero oeste, mientras el este constituye medianera con el bloque ya construido.

Para ello se intenta abrir el espacio del patio para convertirlo en una calle interior con vistas longitudinales hacia el frente oeste que permita la entrada de luz al mismo, que ya puede ser entendido como una pieza única, como una sucesión de oscuros pozos de ventilación.

Esta voluntad de incrementar la iluminación es crucial para mejorar el soleamiento de las viviendas orientadas a norte y la ventilación cruzada de las orientadas al sur.

Para ello se trata de liberar la banda central de la crujía de cualquier elemento ciego que genere una sensación de espacio cerrado. De tal modo que el volumen unitario se convierte en dos edificaciones prácticamente paralelas (el solar no es un rectángulo perfecto sino un trapecio con 70 cm de desnivel longitudinal) que se unen en la planta baja.

La tipología de viviendas resulta de la agrupación de cuatro unidades, dos a dos, sumando viviendas de 2 y 3 dormitorios que se rigen por un mismo esquema que deja como elementos fijos el acceso, la cocina y la habitación principal, mientras el cuerpo flexible de la vivienda que puede incrementar el espacio de día o sustituir zonas de noche hasta convertir todo el espacio exterior de la unidad en una única estancia si fuera necesario.

Estos objetivos de apertura volumétrica, claridad tipológica, flexibilidad funcional y densidad de servicios generan un volumen abierto hasta donde el planeamiento lo permite y un concepto de doble edificio en doble crujía que supera el esquema original de vivienda de cinco crujías, para lo cual resulta fundamental la transparencia de los corredores y escaleras de acceso a los núcleos de viviendas.