El edificio se inserta en la trama urbana de Rochapea, respondiendo a la zona más "urbana", hacia el Sur, hacia la plaza de nueva creación entre el edificio y la calle Nazario Carriquiri, por un lado, y por otro a la barrera física de las vías del tren, siguiendo con la directriz de su eje -y sobre todo con la fachada Norte- el trazado ligeramente curvo del ferrocarril.

En la composición de las viviendas ha dominado la intención de orientarlas hacia mejores vistas (el río, la arboleda que deja entrever a lo lejos el casco histórico de Pamplona,…) y el soleamiento a fachada Sur, evitando la orientación única Norte para ninguna de ellas. Esto provoca que la tipología más abundante, la correspondiente a las viviendas tipo "A" y "C" (o "E" y "F") se alarguen de fachada Sur a Norte, configurándose como pasantes en la amplia crujía de 14,50 metros, y que las terrazas y miradores que modulan el alzado se vayan abriendo hacia esas vistas y orientación, quebrándose rítmicamente y dejando abierta la esquina Sur.

Otro de los elementos compositivos preponderantes ha sido la respuesta a la implantación respecto a la orientación Norte, como antes se adelantaba. El trazado convexo del tren, la orientación fría y el carácter de "final de ciudad" de lo situado más allá de las vías del ferrocarril aconsejan adoptar una cara más "dura", menos amable, con un ritmo más repetitivo y menor proporción de hueco/macizo. Los huecos iguales y cuadrados se configuran como una retícula casi perfecta, únicamente rota por el ritmo superior, modular, de los huecos de escaleras y su cubierta, que se manifiesta por encima de las terrazas de ático.

El edificio presenta "dos caras" perfectamente diferenciadas, con caracteres totalmente distintos, aunque elaborados con los mismos materiales; el ladrillo caravista como elemento principal de expresión hacia el exterior, y las carpinterías de aluminio. En ático se desgaja el volumen de las escaleras marcando aún más el ritmo modular al Norte, y reforzando el distanciamiento derivado del retranqueo mediante la utilización de mortero monocapa en el revestimiento de fachada, del mismo tono que las carpinterías. El mismo material -el mortero monocapa raspado del color de las carpinterías- se utiliza para remarcar las franjas horizontales que se van superponiendo y solapando en el alzado Sur, revistiendo con él las bandas de fachada retranqueada y los fondos de terrazas y tendederos.

Como consecuencia de la diferenciación de las dos "caras" del edificio, y también por la necesidad cada vez más imperiosa de construir con criterios de sostenibilidad ecológica, se impone optar por soluciones que propicien el equilibrio bioclimático de la edificación, traducido en este caso en aperturas de muros más amplias y abundantes en el alzado Sur, y huecos más pequeños y escasos en el Norte, diferenciación del tipo de carpinterías en ambas fachadas, interposicion de galerías acristaladas en ático hacia el Norte para aprovechar el efecto de "colchón térmico", y otras medidas menores de aprovechamiento de la energía.

En la composición de las viviendas ha dominado la intención de orientarlas hacia mejores vistas (el río, la arboleda que deja entrever a lo lejos el casco histórico de Pamplona,…) y el soleamiento a fachada Sur, evitando la orientación única Norte para ninguna de ellas.

Esto provoca que la tipología más abundante, la correspondiente a las viviendas tipo "A" y "C" (o "E" y "F") se alarguen de fachada Sur a Norte, configurándose como pasantes en la amplia crujía de 14,50 metros, y que las terrazas y miradores que modulan el alzado se vayan abriendo hacia esas vistas y orientación, quebrándose rítmicamente y dejando abierta la esquina Sur.